Armemos una banda de rock futurista porque nos hace falta nostalgia.
Es uno de esos días en la escuela en que he sido objeto de castigos por los maestros y abusos por los alumnos, pero a la hora de la salida ella estará ahí, entonces sus ojos harán que el día valga la pena.
Si la música de Duran Duran, Motörhead, The Cure, Joe Jackson, Ah-Ha, The Clash y M no es suficiente para correr a ver esta pelicula, tal vez ayude la ambientación ochentera con sus fuertes dosis de nostalgia ¿aún no estás convencido?
Entonces podrías verla sólo porque es un pequeño diamante en bruto, que con sus pocas pretensiones termina por convencernos de disfrutar de las magníficas actuaciones, la historia bien construida y por encima de todo la música que balancea bien el rock alternativo de la época con canciones originales que nos llevan a través de este coming of age agridulce como la misma adolescencia.
El director y escritor John Carney, quien también escribe la música, ambienta esta historia en Dublín, entre la crisis económica y el surgimiento de la música que marcaría a las siguientes generaciones, de ese modo deja espacio a la crítica y la reflexión, pero también al humor.
La cinta sin duda rompe las barreras del entretenimiento simple y deja un gran sabor de boca, una gran alternativa para la insípida cartelera del momento.
La escuela ha dejado de ser problema, no hay mejor sentimiento que tocar rock con mis amigos, mi banda, sus ojos son lo único que ha quedado de ese principio amargo, sus ojos siguen siendo mi inspiración.