El amor no es algo animal.
Ya no has podido establecer una relación de pareja, entonces la pregunta es simple ¿en qué animal te quieres convertir?
Pocas cosas intrigan tanto a la sociedad como las relaciones humanas en el futuro, y la tecnología ofrece escenarios poco alentadores para los románticos.
Aunque ese es tema de investigadores y filósofos, el cine plantea interesantes panoramas, como el expuesto por el director Yorgos Lanthimos en su película «The Lobster».
Una sociedad futura no muy distinta a la nuestra, envía a los fracasados en el amor a un hotel en el que tendrán que encontrar pareja o convertirse en animales y vivir en el bosque.
Suena a una historia bastante deprimente, pero el tratamiento cómico, las actuaciones contenidas y honestas y el sin sentido que alcanzan los personajes inmersos en situaciones tan absurdas, hacen de ésta una obra única y ciertamente referencial para cine futuro.
Es inevitable buscar referencias en «Brazil» de Terry Gilliam o «Gattaca» de Andrew Niccol, pero «The Lobster» destaca en el campo de originalidad de la primera y la sobriedad de la segunda.
Destacan las actuaciones, en especial la de un irreconocible Colin Farrell.
Imágenes y personajes surrealistas. El trasfondo de la película es de lo más realista que he visto. No sabía que vería una película tan buena. Colin Farrell perfecto actor.