Familia de media noche

Familia de media noche

Violencia de género, abuso infantil, desigualdad social, corrupción y negligencia gubernamental parecen ser demasiados temas para un documental, pero en Familia de media noche se amalgaman de una forma insospechada.

A través de la particular e intima mirada de la familia Ortiz, estos temas se van revelando uno a uno, como las calles en las que se tienen que abrir paso para que la ambulancia que operan llegue a los distintos siniestros que la noche les depara.

Y es en la noche que se vislumbra lo que en el día se ignora, el acoso de la policía, la feroz competencia por llegar antes que nadie al lugar del accidente y la lucha diaria por lograr un pago incierto.

La cámara se mezcla y desaparece entre los personajes, haciéndonos olvidar por momentos que se encuentra ahí, y para lograr este efecto, el director tuvo que convivir a lo largo de tres años con la familia Ortiz en la ambulancia y otros espacios, incluso escuchar sus llamadas telefónicas.

La moral juega un papel importante ¿Es prudente acudir a un llamado sin la certeza de un pago? ¿Debe un niño acompañar a su familia en una labor como esta? ¿Se debe ayudar aun sin contar con el equipo y recursos suficientes? Estas y otras preguntas son planteadas por el director Luke Lorentzen evadiendo las fórmulas típicas del documental como la voz de un locutor o el testimonio a cámara.

Lamentablemente estas preguntas se quedan sin respuestas, provocando una sensación agridulce, como la de las denuncias necesarias que, al parecer, no serán escuchadas.

Trailer: Familia de media noche
Poster: Familia de media noche

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