Kubrick, Nietzsche y el futuro

Kubrick, Nietzsche y el futuro

Esta semana el director neoyorkino Stanley Kubrick hubiera cumplido 88 años de edad, hoy lo recordamos a partir de una de sus más grandes obras.

Kubrick y Nietzsche

Los planetas se alinean frente al sol, se escuchan las primeras notas del tema “Así Habló Zaratustra” de Richard Strauss, el amanecer más imponente que se haya registrado en alguna película, se trata de los créditos iniciales del film de 1968 “2001: Una Odisea del Espacio”.

Considerada por cineastas y críticos la obra maestra de Kubrick, “2001…” es una película fundamental para la historia del cine y para el género de Ciencia-Ficción, cuya influencia se extiende de “Star Wars” a “Voyage of Time”, la película más reciente de Terrence Malick, pero no es sólo una aventura espacial; sus impresionantes e icónicas imágenes están cargadas de un poderoso discurso filosófico que siguen el pensamiento de Friedrich Nietzsche y su épico relato “Así habló Zaratustra”, no es coincidencia que también sea tema musical que nos acompaña al inicio de esta experiencia.

El cuento en el que se basa la película se titula “El Centinela” de Arthur C. Clarke, pero las referencias al trabajo de Nietzsche son claras, desde el niño de las estrellas que podría considerarse como el “súper hombre”, hasta el monolito negro (el centinela de Clarke) que aparece como la señal de una civilización a partir de la cual el hombre evoluciona, probando así la idea nietzscheana de la muerte de Dios.

Este paralelismo entre la creación de Kubrick y la de Nietzsche se explora más a fondo en el trabajo de Jerold J. Abrams, profesor adjunto de Filosofía en la Universidad de Creighton, Omaha, Nebraska.

Kubrick y el futuro

Escenarios, vestimentas, objetos, mobiliario, naves espaciales, etc. “2001: Una Odisea del Espacio” es todavía una visión clara de cómo fue y cómo será el futuro, no es un detalle menor en la película, Kubrick que era bien conocido por su obsesión con los detalles y la perfección, buscó la mayor verosimilitud científica sabiendo que nunca podría igualar lo que sería la vida en el siguiente siglo, pero sí podría acercarse bastante.

El guión fue un encargo del director al escritor C. Clarke, que junto a un equipo de más de 100 personas entre técnicos y diseñadores, trabajaron durante años para dar forma a la idea que tenía el director sobre el futuro. El trabajo fue exhaustivo y derivó en cientos de versiones del guión e innumerables bocetos, ilustraciones y maquetas.

Aún no hemos traspasado la frontera de Marte, el fin de la Guerra Fría detuvo la exploración espacial, pero esta obra sí logró que la tecnología para el cine diera el salto cuántico y rebasará sus propios límites sin los que el cine del presente y del futuro no sería el mismo.

Cientos de páginas se podrían escribir sobre esta película, pero lo cierto es que “2001: Una Odisea del Espacio” es un referente obligado del cine y una de la joyas de la cinematografía mundial de la que nunca dejaremos de hablar.

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