Ya no estoy aquí

Ya no estoy aquí

De Monterrey a Nueva York a ritmo de cumbia lenta.

Ya no estoy aquí, habla de un viaje, el que impone un trayecto físico entre Monterrey, Nueva York y de vuelta, un viaje en busca de la identidad, ya sea reafirmándola o evadiéndola y finalmente el viaje transformador al que obliga la violencia.

El más reciente largometraje de Fernando Frías habla sobre Ulises, un muchacho de 17 años que vive en uno de los barrios marginados de Monterrey. Ulises pasa los días con sus amigos los Terkos, que ocupan su tiempo en breves peleas con grupos rivales, robos menores y bailes amenizados por cumbia colombiana. Una confusión obliga a Ulises a escapar a Nueva York, donde termina alienado y confundido bajo el refugio que le da la música.

Ya no estoy aquí, evade los lugares comunes que se empeñan en mostrar la pobreza como algo exótico, por el contrario, la muestra como es, a veces compleja y a veces violenta, y esa visión termina dignificándola.

Las circunstancias obligaron a la película ganadora en el Festival de Morelia a exhibirse en streaming sin pasar por salas de cine como se tenia planeado, pero su estreno es también una sorpresa, en menos de una semana alcanzó el primer puesto en Netflix.

Ya no estoy aquí, es el reflejo de un cine mexicano que madura de una forma vertiginosa, tanto en temática como en estilo propio.

Para quienes no la han visto o para quienes quieren verla nuevamente, al final de los créditos podrán encontrar material extra, una suerte de detrás de cámaras y videoclip musical.

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