Anomalisa

Anomalisa

Las ventajas de ser raro.

Todos nos hemos sentido fuera de lugar, extraños en un mundo de extraños, alienigenas buscando encajar, buscando a otros alienigenas.

A Charlie Kaufman, guionista y codirector de Anomalisa, este sentimiento no le es ajeno, lo ha plasmado en muchos de sus trabajos como escritor (Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos, Ladrón de Orquídeas) y en su labor como director (Nueva York a Escena), pero es en la cinta que hoy nos ocupa, en la que ha explorado esta sensación de una manera más personal, más profunda y más exquisita.

Michael Stone es un hombre que debe hacer un viaje de trabajo, al toparse con Lisa, cree estar frente a la puerta de escape de lo ordinario del mundo.

Pero como en todas las historias de Kaufman, nada es simple, nada es normal y el verdadero escape de lo ordinario está dentro de los propios personajes.

La película es un prodigio de técnica, uno debe hacer un esfuerzo para recordar que no está viendo a seres vivos, sino marionetas animadas cuadro por cuadro, un trabajo artesanal que está presente desde el guión, tal vez es la primera película escrita expresamente para ser representada en stop motion, no había otra manera de hacerla.

Kaufam se confronta en sus historias, sus personajes se confrontan y nosotros nos confrontamos a nosotros mismos en las historias de Kaufman, las historias son de los personajes, son de Kaufam y son nuestras.

 

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